La cultura budista, su filosofía, el yoga y la meditación son un atractivo cada vez mayor para muchos viajeros que deciden ir a Tailandia a vivir una experiencia única y conectar con su parte más espiritual.
Los centros de meditación Vipassana, regentados por monjes budistas, se localizan en medio de la naturaleza en un oasis de paz y tranquilidad en donde alojarse durante unos días para meditar, comer sano, cuidar del centro y volver a meditar. Son muy populares en el norte del país, especialmente en Chiang Mai, aunque también se pueden encontrar en otros lugares como la capital tailandesa o las islas de Koh Samui o Koh Phanghan.
Muchos viajeros viajan hasta Tailandia para realizar alguno de estos retiros y adentrarse en lo más profundo de su cuerpo y mente para tener un mayor autoconocimiento propio y de la filosofía budista. Para ello, contamos con la experiencia de Elena Ruiz, una viajera valenciana que pasó un mes y medio en un templo tailandés haciendo Vipassana y que cuenta de primera mano su historia al respecto.
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Toggle¿Qué es la meditación Vipassana?
Vipassana significa “ver las cosas tal y como son en la realidad”. Esta meditación es típica de la India y está ligada al budismo. Consisten en retiros espirituales generalmente de 3 o 10 días, basados en llevar una vida ascética con la que centrarse en el cuerpo y la mente. Los centros de meditación Vipassana cuentan con unas estrictas normas que conllevan un aislamiento temporal de la sociedad y donde en la mayoría de casos, tampoco está permitido hablar con otras personas durante el retiro, no existe la comunicación con el exterior, es decir, los teléfonos móviles están prohibidos, no se puede leer ni escribir y es obligatorio vestir de blanco durante la estancia. Por lo general, los centros de meditación Vipassana son gratuitos, aunque aceptan donaciones.
Cada día cumplen con una jornada fija que suele funcionar tal que así: despertar a las 4am para levantarse y meditar; a las 6am suena la campana que avisa de la hora del desayuno; a las 10:30 es la hora de la comida (que será la última comida del día), a las 14:00 hay una entrevista con el profesor y a las 22:00 es el momento de ir a dormir.
¿Dónde hacer Meditación Vipassana en Tailandia?
Para hacer un retiro de varios días en un templo de Tailandia, tan solo tenéis que contactar con ellos diciéndoles cuándo queréis ir y os indicarán qué pasos seguir. Como he comentado anteriormente, en general es gratuito, pero se aceptan donaciones.
Los requisitos para acceder, además de seguir de forma estricta sus normas, suelen ser: Llevar dos mudas de ropa blanca, flores, velas, palos de incenso, el pasaporte, fotos de carné, una fotocopia de la página del pasaporte en la que hay el visado o el sello de entrada. Algunos requieren estadas mínimas de 10 días, mientras que otros te aceptan por solo 2 o 3, según el tiempo que quieras o puedas pasar en ellos.
Algunos templos en los que aceptan extranjeros para hacer el Vipassana son:
– Bangkok: Wat Mahatat y The Young Buddhists Association of Thailand (tienen varios centros).
– Chiang Mai: Wat Ram Poeng y Wat Phra Dhatu Sri Chomthong (0 5382 6869).
– Pathumthani: The Middle Way Meditation Retreat
¿Cómo es hacer un retiro de meditación de Vipassana en el norte de Tailandia?
Elena Ruiz es una joven que en 2013 decidió dejarlo todo y empezar a viajar por el mundo. Ya entonces practicaba meditación así que tenía claro que quería hacer un retiro de Vipassana. Nada más llegar al norte de Tailandia, visitó varios templos y centros de meditación y decidió quedarse en Wat TriVisudhidham: un templo limpio, tranquilo, alejado de la ciudad y con la posibilidad de recibir extranjeros. A partir de aquí, os dejo con su historia personal contada de primera mano:
La experiencia de Elena
El día en que llegué al templo, el monje que me recibió, me ofreció el programa del centro para que lo leyera: ofrecían un curso básico de 26 días (o posibilidad de 10 días para los que no disponen de tanto tiempo) pudiendo alargar la estancia siempre hablándolo con el profesor. También informaban de la rutina diaria, las normas que se han de seguir, así como, algo del método que utilizan.
Para mi primer día, por tanto, ya conocía unas cuantas normas del templo como: que había que guardar silencio durante todo el retiro, vestir de blanco y de forma holgada, no mezclar la practica con otras técnicas, no leer (incluidos libros budistas) o escribir (diarios), no teléfonos (no comunicación con el exterior).
Así pues, rellené mis datos y me asignaron habitación (en el área para mujeres) y donde tantas horas pasaría meditando.
Tras un pequeño descanso me uní, ya vestida de blanco (hay posibilidad de alquilar la ropa en el templo) y con parte del “kit del meditador” (cronómetro, botella de agua y cojín), al resto de meditadores que empezaban también ese día como yo.
Nos ofrecieron un recorrido para conocer el templo y recibimos las primeras instrucciones de los dos tipos de meditación que se practican aquí: meditación andando y meditación sentado, aunque posteriormente la práctica sería individual.
La adaptación a la práctica es fácil, pues es progresiva (se empieza con 15 minutos de meditación para ambos tipos andando y sentado) y tampoco hace falta experiencia previa, pues cada día se te explica el paso siguiente.
El primer día era también el momento en que conocería al Abad (Phra Ajhan), quien sería mi profesor y guía espiritual. En la Ceremonia de Apertura, donde tomamos los 8 Preceptos del Budismo, algo así como un código de conducta a seguir durante la estancia en el templo, donde se incluyen: no matar a ningún ser vivo, no tomar lo que no te es dado, no comer (sólidos) después del mediodía, etc.
A partir de ese día empezaba mi primer retiro en un Wat o monasterio tailandés, en el que, esa vez, permanecería durante 43 días. Durante mi estancia de mes y medio, además de aprender Vipassana y practicar el Budismo Theravada (propio de todo el Sudeste Asiático), conocí muy de cerca a los tailandeses, que son la mayoría de los practicantes en el templo y que fueron muy curiosos conmigo y les gustaba que estuviera interesada en aprender Vipassana.
Día a día en el templo budista
La campana se oye perfectamente a las 4:00 a.m. así que no hay excusa para no levantarse. Confieso que me sigue costando madrugar, aunque vas aprendiendo a luchar (su-su como dicen los thais) contra la pereza y a observar tu cuerpo y tu mente. Después de levantarme es momento de meditar en mi habitación hasta la hora del desayuno.
Para el desayuno, todos comemos juntos y el silencio es el protagonista. Siempre se rinde homenaje a Buddha y se reza entre otros el Patisanka Yoniso, una reflexión sobre el no apego a la comida. Después de rezar, cuando por fin vas a comer han pasado como 30 minutos desde que te has sentado.
Tras el desayuno suele ser el momento de aseo y limpieza de la habitación hasta la hora del almuerzo, que tiene el mismo procedimiento que el desayuno.
Uno de mis momentos preferidos, es ver a todos los monjes, como se alinean en silencio, descalzos y con sus cuencos (muy fotogénico), para recibir la comida. Para los budistas, es un momento muy especial, y el canto de los monjes bendiciendo por haber recibido la comida es uno de mis favoritos.
Después del almuerzo hay veces en que me voy a la cama a relajarme unos minutos, pero no siempre ya que no nos está permitido a los meditadores. Así pues, debo continuar con mi practica (y me gusta ir al pequeño templo que utilizan los monjes para los cantos de la tarde) hasta el momento del reporting (informe) con el abad.
El Reporting con el Abad y con el acompañamiento del monje traductor, se hace cada día. Acudíamos todos los meditadores extranjeros (los tailandeses tienen otro profesor) y entramos uno a uno ante el abad, de rodillas. Una vez hechas las postraciones: tres al Buddha, tres al Abad y una al monje traductor. Debes contar con tus manos unidas a la altura del pecho, cómo ha sido tu experiencia ese día para recibir nuevas instrucciones.
Hay otro momento, a las 17:00h, que la campana también avisa y que es cuando el templo ofrece una bebida caliente: batido de soja, arroz, etc. Aunque también en el templo hay una tiendecita que puedes comprar algún yogur natural, que sí te está permitido comer. Este es el último parón largo, que suelo hacer, hasta la recta final antes de irme a descansar.
Y finalmente, la hora de ir a dormir te la va marcando el profesor dependiendo del tiempo que llevas practicando.
Siempre recordaré el momento de ir a la habitación a dormir o seguir practicando, cuando todo está en silencio y solo se oyen los sonidos de la vida animal nocturna, parece que estás en medio de una selva, es muy relajante.
En el calendario budista y siguiendo las fases de la luna, el día que es Buddha Day, no hay reporting (encuentro con el abad). Ese día, el Abad te invita a unirte a la ceremonia que ocurre a las 20:00h y que consiste en una pequeña charla (dhammatalk) dada por él en tailandés. Luego, descalzos, se dan tres vueltas a la estupa, una reliquia que hay en el templo, mientras portas incienso (Buddha), una flor (Shanga) y una vela (Dhamma), esta última representa la vida humana, finita, y que se consume continuamente.
Convivencia con los compañeros del Vipassana
Si bien convives con mucha gente en el templo, los instructores te hacen hincapié en que no hables ni mires a la gente, pues no estás allí para socializar, sino para aprender Vipassana e interiorizar la técnica. Lo que implica estar en silencio y en Mindfulness (atención completa sin dejar que tu mente divague en pensamientos) en cada acto que realizas durante el día. No solo cuando meditas, incluso en el momento de ir a dormir e incluso cuando te despiertas. Es por tanto 24 horas Mindfulness, es como me explicó un día el monje traductor: Si quieres que un huevo se cueza ha de estar el agua en constante ebullición.
En muchos centros, no es hasta los últimos días del retiro cuando se permite empezar a hablar con tus compañeros antes de salir al mundo de nuevo. Es curioso, porque después de pasar días con ellos sin haber emitido palabra, tu cabeza pone prejuicios o preconceptos sobre la gente que cambia después de todos estos días y cuando finalmente te puedes comunicar y conocerlos mejor.
Los instructores te hacen hincapié en que no hables ni mires a la gente, pues no estás allí para socializar, sino para aprender Vipassana e interiorizar la técnica
Reflexión vital
En un retiro de tanto tiempo también haces mucha depuración mental, así que son muchos los pensamientos que te vienen sobre tu vida y la mayoría no muy agradables. Es causado también porque permaneces mucho tiempo contigo misma sin hablar y sin mirar a la gente, pues como decía el profesor durante el Vipassana, no te deben importar los demás, debes céntrate en ti.
Muchas veces te asustas de tus propios pensamientos, pero te das cuenta de que el Vipassana es un momento y una gran oportunidad para conocerte y muchas veces aprender a aceptar como eres.
En el Templo también se practica Metta (loving kindness) y sobre todo empiezas a observar tu mente y los trucos que ésta utiliza.
Y como me dijo el profesor en la despedida: Practice as much as you can
Bhavatusabbamangalani. Elena Ruiz. (Fin del artículo de Elena)
¿Quieres leer otra experiencia?
Mi amigo Albert, con quien viajé por Birmania, también vivió una experiencia de Vipassana en Tailandia de 10 días y lo contó en su web: Vipasana Meditation en Chiang Mai. Alguna imagen de este artículo es de Albert.
¿Dónde hacer Meditación Vipassana en Tailandia?
Para hacer una estada de varios días en un templo de Tailandia, tan solo tenéis que contactar con ellos diciéndoles cuándo queréis ir y os indicarán qué pasos seguir. Como he comentado anteriormente, en general es gratuito pero se aceptan donaciones.
Los requisitos para acceder, además de seguir de forma estricta sus normas, suelen ser: Llevar dos mudas de ropa blanca, flores, velas, palos de incenso, el pasaporte, fotos de carné, una fotocopia de la página del pasaporte en la que hay el visado o el sello de entrada. Algunos requieren estadas mínimas de 10 días, mientras que otros te aceptan por solo 2 o 3.
Algunos templos en los que aceptan extranjeros para hacer el Vipassana son:
– Bangkok: Wat Mahatat y The Young Buddhists Association of Thailand (tienen varios centros).
– Chiang Mai: Wat Ram Poeng y Wat Phra Dhatu Sri Chomthong (0 5382 6869).
– Pathumthani: The Middle Way Meditation Retreat
Consejos para hacer una meditación de Vipassana en Tailandia
Antes de ir a algún centro para tu retiro de meditación, infórmate bien y pregunta por experiencias previas de gente o si puedes pásate a conocerlo en persona para ver que sensación te transmite y poder elegir con criterio.
Mentalízate de que los primeros días probablemente sean algo duros y tu cabeza quiera dejarlo y salir ahí corriendo, pero ármate de paciencia ya que poco a poco podrás ver el cambio y disfrutar del silencio y la meditación.
Según varios conocidos que lo han hecho, los dos o tres primeros días son horribles, la meditación es una práctica que mejora cada día y al principio puede resultar de todo menos relajante, hasta que entiendes cómo funciona y empieza a tener el efecto que tanta gente disfruta y que tantas cosas buenas aporta a la mente y al cuerpo.
Realizar un retiro de meditación Vipassana en Tailandia es sin duda una experiencia increíble y única, totalmente transformadora que te ayudará a conocer y adentrarte mejor en la filosofía budista y la cultura tailandesa.
Si quieres conocer mejor las costumbres y tradiciones de Tailandia, te invito a que leas este artículo o que conozcas otras experiencias únicas que puedes hacer durante tu viaje a este maravilloso país.